“Dios quiere
establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien la abrace
le prometo la salvación; y serán amadas de Dios estas almas, como flores
puestas por mí para adornar su trono” (2ª aparición, 13 de junio de 1917).
El Corazón de
María invita a la confianza; tanto más que Ella, en palabras de San Luis María Grignion de Montfort, tiene hacia cada uno de nosotros, incluso el más
miserable, un afecto superior a la suma del cariño de todas las madres del
mundo por un único hijo. Es un amor inagotable, ininterrumpido, siempre vuelto hacia nosotros, un amor cuya intensidad y solicitud crecen a medida que
aumentan nuestras dificultades y carencias.
Pongámonos, pues, con toda confianza en manos de esta Madre tiernísima.
El sector
femenino de los Caballeros de la Virgen, en el último trece de mayo, para hacer
un filial homenaje a la Santísima Virgen, invitó a los papás y a las jóvenes
que frecuentan el centro juvenil.
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